Uno de los cambios más inspiradores que hemos presenciado durante los últimos años en Mexico, ha sido la creciente concienciación ecológica y ambiental, tanto en niños como en adultos. La evidencia de esto está por todos lados; y en ningún lado es más evidente que el tratamiento que se brinda a las poblaciones de tortugas marinas locales. Tradicionalmente apreciadas por su carne y su caparazón, y porque sus nidos de huevos son extraídos y vendidos para comerse (además supuestamente ayudan a mejorar la potencia sexual), las poblaciones de tortuga verde, Olive Ridley, tortuga laúd, tortuga carey y otras especies han sufrido un declive pronunciado por décadas a lo largo de las costas mexicanas (y en muchas otras partes del mundo). Si bien este declive no ha sido completamente detenido, estos días las cosas lucen mejor, ya que pueblos como Sayulita y San Pancho, nuestro vecino del norte (y muchos otros pueblos costeros), han implementado programas diseñados para proteger las tortugas y sus huevos.
San Pancho ha operado un programa operado y financiado por el gobierno por varios años, mientras que el campamento de tortugas de Sayulita opera de una manera menos formal, en un pequeño predio de playa frente a la casa propiedad de Erick Jorgenson y Odette Gordon, que han vivido en el lado norte del pueblo desde hace mucho tiempo.
Por los últimos seis años, Eric y Odette ha operado el programa con ayuda de voluntarios. Este ano el programa adquirió un estatus más oficial, con voluntarios, patrullas nocturnas, uniformes oficiales (bueno, camisetas al fin y al cabo), y una presencia pública, así como la asistencia de la bióloga Maria Alejandra Aguirre Ayala, líder los voluntarios locales. El Campamento Tortuguero de Sayulita forma parte de la asociación civil conocida como Red Tortuguera A.C. compuesta de cinco campamentos tortugueros en diferentes partes Nayarit. No obstante, esta asociación no aporta fondos, por lo que el campamento depende totalmente de los voluntarios y las donaciones.
Lo que hacen los voluntarios es recorrer la playa por noche, y cuando encuentran un nuevo nido de huevos, o la mama tortuga está depositando sus huevos—la mayoría de las tortugas locales son de la especie conocida como Olive Ridleys– reúnen los huevos y los llevan al campamento (que también se conoce como vivero), donde son vueltos a enterrar y marcados con una nota especificando la fechas y el numero de huevos. Es entonces, cuando tras un periodo de 45 días de incubación es completado y los huevos encubados—los voluntarios pueden saber que esto esta pasando debido a que la arena sobre los huevos está floja debido al movimiento debajo—las tortugas bebé son puestas en un sitio sombreado hasta el final del día, y entonces en la relativamente segura hora del atardecer, es cuando toma lugar la “liberación”. Estas “liberaciones” permiten al público realmente involucrarse, cuando niños y adultos se reúnen en la playa frente al compamento, para depositar a las tortugas recién nacidas en la arena protegíendolas de perros, aves, y otros animales, mientras se abren paso hacia el mar.
De cada 100 huevos incubados, se estima que solo 10 llegan a adultos; y de estos 10, solamente 1 regresa a la playa de su nacimiento para depositar sus propios huevos. De forma que es muy, muy importante proteger estos huevos—pues aun hay cazadores furtivos, junto con muchos predadores voraces—y darles a estas tortuguitas la mejor oportunidad de sobrevivir durante las primeras horas de su vida—lo suficiente para llegar al agua y partir.
The releases take place around sunset, when the chance of attack from frigates or other predators is lessened. If you hear about a release while you’re in town, or see a crowd gathered on the north beach, join the fun. Watching the baby turtles make it into the sea is a small thrill in this big, dangerous world. And be sure and buy a t-shirt or a sticker, or just hand a few pesos over to the volunteers collecting money. You can also donate through Grupo Pro Sayulita; just let them know the money is for the turtle camp. This money goes for flashlights, raincoats, radios, thermal sensors, and other stuff necessary for the volunteers who walk the beaches every night during the egg-laying season, protecting the turtles and their eggs from human poachers and animal predators.
If you want to do more than give money, Campamento Tortuguero Sayulita is always in need of volunteers. The organization also needs someone to design a website for them, should anyone out there have the time.